Insomnio
En la soledad de la noche es cuando todo comienza a dar vueltas en la mente. Como si hubiese alguien ahí adentro buscando desesperadamente algo y desordenando todos tus recuerdos.
Los tira de acá para allá, como si estuviera forzandote a recordar viejos fantasmas, esos que querés dejar en el inframundo, que no aparezcan más porque se sienten fríos, llenos de dolor, decepción, desamor, y te oscurecen un poco el alma.
Por alguna extraña razón siempre andan por ahí, merodeando en tu cabeza, desordenandote un poco más.
Alcanzame un vaso de cerveza -pensás- o tal vez dos o tres botellas, que el sabor amargo que tiene es mejor que el de las penas.
Tal vez reís, o tal vez lloras, pero no te preocupes son los efectos que te da el alcohol. También ese tambaleó es por causa de ello, y mientras te esforzas por tragarte de un sólo sorbo tu último vaso notas que la noche se fue, y junto a ella, tus fantasmas.
Sobreviviste en la noche de tus demonios, pero que no te quepa duda de que van a volver.
Comentarios
Publicar un comentario