Carta a mi gorda
Gorda: Hola gorda, me gustaría saber en donde estas, pero más que nada quisiera saber que a pesar de todo estas bien. Viniste a nosotros en un acto de amor y cambiaste todo. Por lo menos en mi mundo. Compañera, amiga, protectora, agradecida. Y agradecida yo por aparecer a mi lado cada vez que estuve sola ofreciéndome tu compañía. No podias hablar, pero sólo tu presencia era confortable. Gracias por cuidarme cada vez que estuve enferma. Gracias por protegerme un millón de veces de males que vos podias percibir mejor que nadie. Gorda gracias por cada risa, por cada llanto, por cada beso, por cada abrazado, por las infinitas noches que me acompañaste, por cada cagada que me hacia enojar, pero también reír. Cuando eras joven, eras bastante atolondrada amor. Ya no sé cuantos días van sin vos, pero sé que tu amor vive en mí.